¿Está tu correduría lista para una DANA? Descubre cómo proteger tu equipo y clientes

Si diriges una correduría, seguro ya conoces esa sensación: un día normal, café en mano, la operativa a buen ritmo… y en cuestión de horas, la carga de siniestros explota. Una DANA, una tormenta inesperada, un evento climático extremo.

Y de repente, todo se acelera.

Y entonces aparece esa pregunta silenciosa que muchos líderes se hacen… pero pocos dicen en voz alta:

“¿Estamos realmente preparados para esto?”

Durante años, el sector habló de DANAs solo desde la perspectiva del daño. Pero hoy, con eventos climáticos más frecuentes e intensos, la conversación ya no es solo sobre riesgo. Ahora el centro es otro: ¿Qué gana tu correduría cuando está preparada? ¿Y qué pierde cuando no lo está? Este blog explora justo eso: los beneficios operativos, estratégicos y humanos de anticiparse… y las consecuencias invisibles de no hacerlo.

Las DANAs dejaron de ser “eventos puntuales”. Son un escenario más del negocio. Por eso, una correduría preparada no es la que evita el caos, es la que puede funcionar incluso cuando el caos aparece.

Cuando hay preparación, los clientes sienten acompañamiento; el equipo trabaja con serenidad y enfoque; los tiempos de gestión se mantienen bajo control, incluso si aumentan; las aseguradoras confían más en tu capacidad de gestión; y la dirección tiene visibilidad real de lo que está ocurriendo.

Una manera de reforzar la eficiencia y el soporte es a través de equipos flexibles para tramitación de siniestros en corredurías, que ayudan a absorber picos de carga sin saturar al equipo interno.

Cuando no la hay, los tiempos se disparan, la comunicación se rompe, los tramitadores se saturan y las reclamaciones crecen; y la sensación interna es de pérdida de control.

Una DANA no destruye la estructura operativa, solo muestra cómo está construida de verdad.

En las primeras 24 horas ocurre algo revelador: tu correduría o ejecuta… o reacciona.

Cuando existe preparación, los roles están claros, las prioridades definidas, y el equipo actúa sin esperar instrucciones.

Cuando no hay estructura previa, aparecen conversaciones cruzadas que duplican el trabajo; personas resolviendo tareas urgentes que antes no eran suyas; clientes que insisten porque nadie les dice nada; y directivos que piden datos que el sistema no puede ofrecer.

Es en ese momento cuando la diferencia entre tener un plan o no tenerlo se vuelve abismal.

Una DANA es el mejor stress test de cualquier sistema AMS, CRM o plataforma interna.

Si la herramienta no escala, aparecen -cuellos de botella; y no importa cuánto talento haya: si el sistema no responde, nadie puede responder.

Cuando la tecnología sí acompaña, la automatización, cloud, integraciones y dashboards en tiempo real absorben gran parte del pico sin que el equipo lo note. Es un amortiguador invisible que mantiene la calma y permite actuar con foco.

La integración de automatización de marketing también contribuye a mantener la información y los procesos bajo control, incluso en situaciones extremas.

Una correduría puede tener a los mejores tramitadores, pero si su estructura no es flexible, una DANA los desbordará igual.

El equipo fluye, la carga extra se absorbe, el foco se mantiene, y las personas dejan de “apagar fuegos” para volver a hacer su trabajo.

Contar con soporte administrativo para equipos comerciales o especialistas en data entry y QA permite escalar rápidamente la capacidad de respuesta.

La saturación deteriora la precisión y multiplica los errores, y la presión emocional se siente en cada proceso.

Durante un evento extremo, la experiencia del cliente depende más de la comunicación efectiva… que de la resolución del siniestro.

Cuando la comunicación es efectiva, los mensajes son claros, la información útil y hay contacto constante. Los clientes bien informados toleran retrasos.

Comunicación que genera fricción

Cuando la comunicación falla, la información es reactiva e irregular, y los clientes ignorados acaban presentando reclamaciones.

Una correduría preparada no piensa solo en cómo responder cuando llegue la DANA: piensa en cómo evitar que la crisis la desborde antes de que ocurra.

La dirección trabaja con métricas, señales tempranas y simulaciones; identifica proveedores esenciales y puntos críticos del flujo; y activa acciones automáticas si el volumen sube. No funciona con intuición; funciona con método.

La colaboración con un CFO fraccional o un CHRO fraccional también ayuda a tomar decisiones rápidas y estratégicas en momentos críticos.

La preparación no solo te salva en días de tormenta: mejora tu correduría durante todo el año.

Optimiza tiempos y procesos, descarga al equipo y reduce la improvisación, mejora la comunicación interna, aumenta la visibilidad directiva y genera tranquilidad: pase lo que pase, tu correduría seguirá funcionando.

Integrar soluciones como gestión de siniestros para corredurías de seguros permite mantener la operativa estable incluso en los picos más altos.

Si quieres profundizar y conocer estrategias concretas para anticiparte a los picos de siniestros, descarga nuestro reporte completo sobre preparación de corredurías ante DANAs, con información más detallada y recomendaciones prácticas para proteger a tu equipo y clientes.